Hay noches en las cuales no has de darte cuenta que la oscuridad es una mera apariencia ocular. El brillo artificial de nuestras ideas nos eleva a falaces estados, dañinos pero sublimes y en especial, adictivos sin contemplaciones. Un aventurero nocturno y bohemio, perfumado para la trifulca de género, se ve encarnado en Ulises para batir uno más de sus récords. Sin embargo, hoy no fue tu noche mi flamante y querido luchador, el viento no sopló a favor de nadie y aunque consumiste más humo de lo esperado, la tos del día siguiente no logró los méritos suficientes para justificar tu nuevo estropeo. ¿Así es la vida? Quién pudo ser el más mediocre entre los mediocres para recrear tan magna estupidez. Quizás tú, yo o nosotros mismos podemos ser capaces de estrellarnos contra la pared en una jornada que pintaba para super héroes. Y hoy tuvimos una noche aventurada fabricante de mi triste resaca, sólo apetece resignarme a escribir esta tontería. Sé libre hasta donde tu imaginación te lo permita y que los juegos de la mente no te alcancen. Sal de ti mismo, como en aquellos antiguos viajes que nunca tuvieron destino. Y sólo cuando logres verte salir, como si fueras el narrador omnisciente de tu propia historia, habrás encontrado la clave para cruzar el laberinto de espejos llamado vida. ¿En dónde te ubicas?
No hay comentarios:
Publicar un comentario