Insomnio

¿Qué haremos mal si el amor es una trampa 

ineludible para morir un poco menos?

Besos enfermos de raptos en camilla.

Dos cabezas al revés en una caja presionadas por un lápiz.

Enredo póstumo de piernas. 

El fin en el abrazo se empecina con el rubor del tiempo. 

 No hay palabras para combatir el desencuentro. 

Sólo cenizas. 

Y habrán cuerpos que se busquen en mentes divorciadas.

 Y labios criminales condenados en iracundos sueños.

¿Qué pena oscura desquicia al amor en este rincón?

La fábrica de lágrimas está en huelga.

Bolero

El lápiz 

no puede cambiar 

la memoria, 

repite y repite

el cuento que contaban tus deseos

sentado en el futuro.

Nos contaban

con los ojos puestos en el bastón,

en la experiencia de los sin suerte.

Hoy esperas

hombre

encadenado a tu sombra

los dibujos de su piel

en tu piel.

Nadie se acuerda del cantante 

cuando la música ha terminado.

Nadie se acordará de nosotros

ni el mundo 

ni el olvido.

Martes 13

Una lágrima permanece parada en el borde del mundo,

desafiante te mira a los ojos y ríe.

Las calles han quedado quietas.

Se han desarmado los sueños

y somos ahora insomnes desprevenidos.

Los pasos se tornan pesados con lentitud de caminos interceptados.

Esperamos la virtud de las mentes ajenas.

La fortaleza nos asiste en la templanza.

Somos imprudentes con la justicia.

Y la claridad no es solo sombra.

Siete lágrimas armarían nuestro nuevo mundo.

En esta noche de marzo en cualquier lugar donde habites,

los látigos de la imaginación te rendirán tributo.

Y que no quepa la menor duda,

Yo te quise 

tú tampoco.

Costumbres

Las mentiras no hacen ruido al crecer

el compás no lo marca una sola derrota

al calendario no lo fustiga un pie ni la sombra de un pie

el misterio no te saluda con sus embajadores

no importa si al incienso se lo huele con algarabía

lo que no se aprende con saliva se aprende con fuego.

Con los amores no se jode

con los rufianes no se codea

con los sueños no se vuela

no se las mata con la indiferencia

ni a las reinas 

ni a las hadas madrinas

ni a las putas

No se les ama a las putas.

Los amantes

Los amantes 

viajan entre las medusas crecidas del dolor de estar y partir 

y parten y llevan y traen, 

acopian los sollozos en un recipiente de hablas,

de idiomas apretados.

Los amantes viven de persecuciones,

esbozan la promesa de repetir lo nuevo en el gasto de cada día

pero no pueden apearse del cepo de los glosarios.

Reyes del ¡Qué dirán! 

son supervivientes en un mundo ya inexistente.

Los amantes se atribulan y ponen el cuerpo,

románticos gladiadores que se amparan en el sentimiento,

ruborizados en la desdicha por violencia del tiempo,

ponen en escena los parlamentos del amor

y los movimientos de abrazos

y los pronósticos

y las sonrisas

y la vergüenza.

Fémina

Me pregunto cuál será tu imperio

ahora que duermes

en el centro de la Tierra

ahora que el cielo te muestra sus raíces

siempre serás mi casa escrita

mi ventana de abismo

iré bebiendo tu silencio

hasta volverme un muerto

y caminaremos

desde otro mundo hacia

otro mundo

en la tiniebla

señalarás los ríos del olvido

cada error.

Vampiro

Cuando aúllan los sentidos,

la bestia muerde a la inocencia.

El perdón se rinde ante el descaro.

¡La música ha terminado!

El gélido dispendio de la muerte

 

ronda

y besa las alas negras del vampiro.

Murmuran de él como de un muerto.

Empero

cada noche

visita el corazón de la que ama.

Al ocaso

viste su blanca túnica

perfuma su cuello

y se adormece con la ventana abierta.