Amo aquella cárcel de cielo
tan alto y tan azul
donde alcurnia y mierda viven de la mano
donde todo se confunde
la alegría es terminal
el asesinato curriculum
la fortuna robo descarado
donde la piedad
la fe
el desparpajo
dejaron de valer
hace tanto tiempo
lo que se dice un hombre.
Amo esa sociedad que siempre inventa
los valores después
y mientras tanto roba
saquea
miente
sin perder candores
hace perpetuo el regocijo infantil
celebra todos los errores
sahuma su cerebro de sándalos y especias
se onaniza creando
paraísos ilusiones tristes pavadas
salta entre dos adoraciones
con bien domesticada destreza
persigue animales legendarios
vislumbra colores de más allá de los espectros
envidia carnes saturnales
prefiere sus mugres interiores
mientras protesta
expulsa
vitupera
a quienes ya olvidaron elegir y buscan
en el punto intermedio
entre gargantas y cloacas
el espacio del simple reposar
donde puedan preparan
el salto final hasta la nada.
Amo esa tierra de contrastes
virgen habituada a tantas frustraciones
tapiz de gente
que murmura improperios
mientras marcha mansa hacia el túnel del olvido
descarga final de tanta vida
malograda porque sí
desbaratada entre dos decretos
contratos
acuerdos
connivencias
que grita en el éxtasis y calla de dolor
llora a destiempo
e imagina días de ventura
nada más para seguir imaginando
que puede sonreir
despojada de culpas
Amo ese lugar violento
soez
inimaginable
donde se mata sin pensar
como quien juega
donde se piensa sin jugar
como quien mata
donde deslumbra todavía
insensata
la flor de la inocencia.