Hay corazones despiadados y mimbres incapaces de soportarles.
Brillantinas de ombligos que se convierten en reflectores.
Hay corazones enfermizos deseosos de no curarse
Sordos que son mudos ante el placer.
Y cuando los vientos del jazz provoquen sus dilemas.
En la orilla abrupta dormirá de honda mar un pez muerto
con una herida corta y abierta en "U"como su boca
triste y solitario
complacido y olvidado
bajo el blanco sol
y entre nalgas abundantes
y una botella rota de cerveza
Allí duerme el nadador de mil mares
aquel incapaz de ser hundido
pero amante por querer ahogarse.
No hay comentarios:
Publicar un comentario