¡Ding Dong!
¿Llaman a la puerta?
¿Quién es?
¡Ding Dong!
Tu amada llamada
que hayas llorado hoy
¿Qué tanto huyes de mí?
Es mi cuerpo convertido en un mapa en desorden.
Son sus fronteras cicatrices de amores.
En estos mares lágrimas negras surcan.
Y por estos cielos tormentas perfectas te murmuran.
¿Qué quieres de mi?
Un ojo ciego que nada vea.
Un oído sordo que todo lo escuche.
Una sonrisa infinita falsa y verdadera.
En los dones del sacrificio, tus perdones.
En el sótano de su falda, tentaciones.
¡Ding Dong!
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