No hay sitio para los elefantes sin memoria.
Ayer los expulsaron de la selva en presencia de monos y sapos.
¿Mañana alguien les impedirá la entrada a los bares?
Yo integro esa manada hacia el horizonte sin luz
yo sigo a la hembra guía,
cargo con la joroba de todas mis valijas sobre las
cuatro patas del infierno.
Llegarán a destino –dijo un ciego
Los colmillos embisten telarañas de niebla.
¿Llegarán a destino?
ladran viejas empalizadas que sucumben bajo mareas de carne.
Llegarán -dijo el diario de ayer.
Más la estampida cruza por suelos pantanosos
y mi patria –la mía- es sólo esta manada de elefantes
cruel, feroz e insensata
que ha extraviado su rumbo, como siempre.
que ha perdido la ilusión, como nunca.
¡Guarde celosamente la selva impenetrable!
Las bestias con sentido polulan por todo el lastre.
Tambores y petardos, acompañan.
Algo de todo el polvo que levantan, es mío.
Todo el peso y sabor de este elefante fue tuyo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario