¿Y que pasó con la carnicería de batallas épicas?
Despreciábamos las noches pensativas,
el anochecer transparente
el brillo lunar.
Cuando la cobardía dominó todo
cuando la espera sobrepasó los recuerdos
No había más que hablar
más que hacer
sin quietud y viento
Oscuridad fría
de pantalones exiliados
noche estéril de copas solitarias
oscuridad recia y abominable
aborreció incluso el dormir
en el fuego nada se veía
en el calor nada se dilataba
en tu cuerpo ya nada se sentía.
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