Estoy doloroso de cansancios
mírame el viento.
Cada sombra iguala
el sueño no venido
y lo destiende.
Plegándome debajo de la tapa
de un libro negro
espío la pausa manifiesta
entra la caída de tus párpados
y un ángel que se desalma.
Pero tres pasos en círculo
y se me acerca la otra mitad mía
que otra vez me pertenece
Que suceda entonces
en una conversación absurda
dividida en palabras
cargadas de escombros
La telepatía infeliz
amordace la memoria
y mis ojos desapercibidos
son tomados en asalto
por las garras serenas de tu inocencia.
Es tiempo de menos obviedades
permanezco inmóvil
con el convencimiento de que
en el siguiente brindis
estallarán mis esencias más crepusculares.
Estoy dispuesto a someterme
a tantos olvidos como desees.
Hay algo que te espanta
cuando desciendo las escaleras
dentro de mí mismo.
Seamos entonces menos eternos
previsibles solemnes
mi garganta tiene risas y gritos amontonados
déjame cantarte un bolero
que sin querer nos nombre.
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