sábado, 5 de marzo de 2011

Candy



Yo dije "bésale las piernas a la poesía".

Y también "bésale las palabras".

Yo dije "hurga su lengua".

Y dije "hasta que abra los brazos".

Yo dije "bésale las piernas, las palabras".

Y dije "hasta que no de más".

Y "hasta que pida más".

Y dije "hasta que cante".

A qué alegar ahora si ella en verdad cantó.

¿Fue un sueño?

¡Qué más da si era mímica y disco, si era patraña y ruido!

Sé que la oí cantar,

¿qué cambia que hubiera sido de otro modo?

Pero aún lo recuerdo...
Caminé en el desierto de tu lengua.

De cada polvareda hice un recuerdo grato.

De una piedra redonda, un amuleto.

De las verdes tormentas hice un bosque.

De cuatro lagartijas, un amigo.

Caminé,

¿Para qué?

Si el que habla de estas cosas es apenas el viudo de tu lengua.

Carne blanca y cabello chocolate

Ojos color miel de toda mi vida

¿Para qué? Caminé,

Caminé.

El bosque, el amuleto, el amigo, el recuerdo, son puñados de polvo.

¡Tanto excavar por una sola perla de agua!

¡Todo mi harén es una Sordomuda!

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