Existe una terrible conspiración
destinada a evitar el pleno ejercicio
de la vida y la muerte
de cada persona;
un hilo eléctrico en las cabezas
y en la piel cuervos de gas.
desde todos los rincones se oyen voces
atrapadas en el vientre de las máquinas del imperio.
amigos míos ¿qué harán? ¿qué haremos?
¿de qué país sin ojos volveremos para ver dentro de nuestras celdas personales
sin llorar una lágrima que nos mate?
¿qué sombras nos seguirán a lo largo de la noche y el día
de nuestros corazones amargos?
¿qué luz qué amor qué amantes nos darán la vida?
La vida es inevitable.
Sólo así el animal desespera
arde humedece
se tuerce en su abismo
y ríe hacia atrás
con la mitad de una boca.
pero existe una terrible
conspiración
destinada
a evitar
el pleno ejercicio de ese acto
una banda de sordos, ciegos, ¡imbéciles animales!
y lo cierto es que
ya no tenemos esperanza
ni dios ni paz ni somos poetas.
¿con qué daga de pájaros abrirán el estómago de los días?
¿o arrastrarán ese cadáver personal,
durante todos los días miserables
a lo largo del hospital
a través del muro
hacia un lugar común y desierto?
acaso deberíamos soñar
otro sueño
y otra música
debería surgir
de esta herida abierta.
una flor secreta seguirá
a cada palabra
desgarrada
y en cada crimen:
una profunda soledad
se desliza
sobre los parques
sobre la sed
sobre la sombra
sobre los hijos del sur.
no hay miedo en la ciudad.
ni vértigo.
ni tiempo para odiar.
es una gran mentira el aire
y el dios de neón.
¿qué harán?
¿qué haremos?
¿desde qué azotea interminable
arrojaremos
el cadáver del siglo?
el cadáver,
el triste ser.