Aeropuerto

Un curso de emociones dispersas

traiciones que aterrizan

latidos que despegan

Somos una nada volátil que circula en círculos abstractos

De aquí para allá

sin ruta ni destino

ilusos danzantes

Cerebros teñidos de pasión inflamable

Un curso de gemidos y tristezas

Orgasmos implicados

Lágrimas deseadas

Somos nubes blancas de impureza 

tatuadas en el azul infinito de tus ojos

sin orgullo ni vergüenza

Almas que se fusionan sin pensarlo

porque pensar nunca fue lo nuestro

Un curso de promesas y recuerdos

palabras que esclavizan hasta nuestra propia sombra

el resplandor de lo que pudo ser y que nunca quisimos que sea

Somos una melodía que retumba en nuestra propia tormenta

Húmeda y aterradora

eléctrica y suicida

plagada de calambres fantasmagóricos

un ritmo aferrado a ese músculo que llamaste corazón

Somos dementes, sí lo somos.

Enfermos del amor que ya no existe

la imperfección hecha dictadura

somos amantes que juegan a volar sin sentido

dando vueltas y vueltas entre la bienvenida y el olvido

Somos, somos lo que fuimos

Y siempre despegamos porque aterrizar nos está prohibido.

¿Quiénes fuimos?

somos nosotros.

Brújula

Perdido en el azar de quien no juega

tropiezo con lágrimas inesperadas

largas y caliente

 de tus azules pupilas  

           

mentirosas e inflamables.

Veletas alegres

prostitutas de pasión

hambrientas de muerte

sonríen evitando un adiós

y lloran eyaculaciones estériles 

adormecidas por lo imposible.

Perdido en la victoria 

del que siempre pierde

Juego a ganarte sudor a sudor

la sangre que nunca podrás darme.

Barceloneta

Las musas no hablan 

porque supieron darle mejor uso a sus lenguas.

Los tarzanes de la jungla alfombrada 

danzan entre suspiros y botellas.

Madrugada 

oscura y fría. 

Mojada 

húmeda pero seca.

Gritos, 

gemidos, 

murmullos.

Subir 120 peldaños 

hasta el ático más inhóspito del bloque.

Vestidos ensordecedores

Braguetas bélicas de cañón pusilánime 

Palabras más

sonrisas menos

Todos los caminos 

nos conducen a Normandía de noche.

Vientos

Vientos del Este frío

que corren inflamados de suspiros incólumes.

Vientos que juegan con tu pelo dorado  

como los avioncitos de papel 

frágiles e impredecibles

que vuelan con ilusión en vez de combustible, vientos.

Corrientes violentas que levantan las arenas 

ánimas impolutas de nuestra sombra

y que te pican los ojos color tristeza 

mientras  ríes mirando la alegría de las estrellas 

Estrellas, ese Laberinto de luces gigantes y brillosas.

Infinitas, 

como las sonrisas que me prestaste noche a noche

como los ojos tuyos que alumbran la oscuridad 

de frágil y dulce incandescencia.

Estrella dolorosa que no se conforma con la paz o con la guerra

Luminosa como las caricias que te asesinan 

entre la mordedura de tus labios y el gemido perverso que te dibuja. 

La tormenta nos deja y con ella el porvenir de tu sutileza

No sé dónde estás ni porque existes

Pregunto por preguntar porque la intriga me alimenta.

Vientos del Este que se van sin pedir permiso

mientras tú corres porque no sabes andar

y te corres porque es tu lema.

Infamia Blues

Me encuentro tirado

Baldío

Sumido en una gota de lluvia que no cae

Amar al amar sin amantes

Soy un fantasma elocuente que juega a la decencia

Exhausto de amar sin besos que quemen mis labios

Echo de menos el herpes sexual que pica con locura

Los tacones sonoros de un culo que retumba en las noches de infamia

¿Qué será de aquella fragancia de labios pintados, oscuridades depiladas

y gritos surtidos?

Se echa de menos el solo hecho de echar

Quizás un polvo, un suspiro o simplemente echar

No hay pene que por bien no verga

Perdón, quise decir pasión

O mejor dicho monogamia

La muerte será.

Ramera

La ramera finge dormir

la contemplo absorto y desorientado;

su sueño plácido es manantial de ecos.

Me ahogo suavemente entre su selva

y el misterio saturado de sus piernas,

me sonríe. 

Al fin de la noche, ella es mente imaginaria que teme

por un barco maligno y terrorífico.

Máscara de carnaval que baila 

sin hipocresías ni estereotipos.

La ramera seduce con su cuerpo que embriaga

mientras la bebo esperanzado 

en búsqueda del delito.

Rememoro 

noches solas de alcohol

y conmigo

añorando invadirla en el lecho

enlazando la figura de su cuerpo

junta a mi sangre oscura y senil.

La ramera y la noche vuelven abrumador el silencio

confundiendo imágenes en el espejo.

Ella ruge desordenada en el trueno lúcido

y me invade, eléctrico,

un relámpago certero

que me anuncia su adiós

y el espíritu que se expande comprensivo;

el miedo ya no existe tampoco las angustias.

Ella se consume en sus caricias otoñales

y reposo a su lado incomparable

mientras una lágrima sonríe liberada,

abierta a próximas revoluciones.

Soledad

Soledad,

Nombre o adjetivo

¿Dónde se disparan las penas sumergidas?

Soledad,

También en plena noche

la nieve

se derrite blanca

y la lluvia

cae

sin perder su transparencia.

Es ella, la noche,

la que nos libra de los reflejos,

la que nos expande

las pupilas.

Soledad,

No es la amargura ni el amor

Lo que busca con su bastón

el ciego es la luz, no el camino.

Ausencia

Me gusta suponer que me extrañas,

 que cada noche desciendes al infierno

 al noveno circulo como el pagano Virgilio

sin mi.

Presuponer tus días vacíos sin horas,

 combinando palabras en locura y delirio

 en rimas e interminables sonetos,

 sin mi.

Ansiando que me enrede en tu dorada  cabellera,

 cubriendo tu pecho con lunas llenas,

 colocando estrellas en tu cintura ¡absurdo!

 sin mi.

Me deleita pensar que estas sin voz,

 de tanto llamarme, tu boca de fuego,

 es ahogada por tormentas de nieves,

 sin mi.

Me gusta pensar que los recuerdos

 te invaden y lloras sin consuelo.

Y que buscas consuelo en otras bocas

Pero mientras tanto aun piensas en mi,

sin mi.

Loba

Ahogada en el candor de los sueños,

sonríe cuando llora aquella loba insensata

apresada por sus infinitos remordimientos,

vieja colonizadora de alegrías eternas,

historias congeladas por la frialdad del tiempo.

La bestia de labia y vestimenta

Terrorista de mil y un sentimientos 

no aprendió a superar los instintos primitivos de su naturaleza

Pues el amor  para ella no está en el corazón 

enfermo del presente y mediocre en la mente del futuro

El amor se refleja en las cosquillas de la memoria

en ese efímero éxtasis del recuerdo

de amantes,

copas rotas

y lágrimas vacías.

Mujerzuela

Un trozo de piedra grita su presencia

sumergida en la extensión de un antiguo laberinto 

se precipitan las formas de un duelo silencioso.

Por eso hay miradas que asoman con la nitidez de un designio en una noche de fuego.

Y los cuerpos se columpian insensatos

Como si en el rostro, la soledad dejara las manos

 impresas en las leyendas del miedo

Y hay quienes bailarán sobre la soledad de sus besos


sometidas al látigo de sus sonrisas

condenadas a la esclavitud de su sexo.