El humo de la razón
sofoca mis convicciones.
¿Cuerpo armado en el amor
de criaturas persuasivas?
me figuro en la quietud
más total cuando no pueda
llenar de verde mis manos,
con urdimbres, con poemas.
Como a hojas de un viejo abril
me atropellan y me barren
amontonado en pequeños
túmulos de oro falso.
Con la entrega traicionado
al fuego adorable
se quemará en mitades,
en trozos todo mi cuerpo:
por el orden ciudadano
por la paz del vecindario
El aire sueña con tejidos
de piel, alumbre y ardor
el humo de mis carnes
hoy sofoca a la razón.
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