Tu sur fue mi norte
lo que unos callan,
otros desearían gritarlo
y hay un sur por debajo de todas las cosas
que quiero que explores
en el que no querrías perderte.
Sin embargo,
nuestros cuerpos se hicieron más fuertes que nuestras almas,
la oscuridad esclavizó nuestros sueños
y me ahogué en esa infame orilla llamada amor.
Por suerte,
las convicciones son más peligrosos enemigos de la verdad
que las mentiras,
que esta inmensa sensanción de ignorarte,
que tu estéril luz divorciada de mi insensata lucidez.
La música abandonó esta fiesta.
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